
Las serpientes son unos de los reptiles más abundantes y amplios en especies que habitan en nuestro planeta. Una serpiente es considerada venenosa cuando es capaz de inocular veneno que almacena en unas glándulas a través de los colmillos huecos que posee en la boca.
España es un país que destaca por su biodiversidad ofidia, donde se pueden encontrar 15 de las 45 especies de serpientes que habitan en Europa. Si bien, la mayoría de las serpientes no son venenosas, en la península ibérica se pueden encontrar hasta 5 especies consideradas como serpientes venenosas. Se trata de 3 víboras y 2 culebras.
Las víboras pertenecen a la familia Viperidae y las culebras a la Colubridae y Lamprophiidae. ¿Quieres saber cuáles son las 5 serpientes venenosas de España? No te pierdas este artículo porque te va a encantar.
Víbora del Pirineo o vipera aspis


La víbora áspid es la más grande y con el veneno más poderoso de todas las que se pueden encontrar en España. Mide menos de un metro, sobre 80 cm. Se caracteriza por su cabeza triangular y el hocico levantado. La parte superior del iris la tiene de color claro, lo que le dota de una mirada singular. Los ejemplares más jóvenes llevan una dieta a base de reptiles mientras que en la etapa adulta lo hacen principalmente de roedores. Tienen una esperanza de vida de 18 años.
Se puede encontrar por toda Europa pero en España se distribuye por toda la cordillera pirenaica, desde Cataluña al Valle del Ebro, frecuentando los hábitats montañosos, pero también bosques, matorrales y pastizales.
Tienen un veneno muy potente que puede resultar mortal para el ser humano si no se trata a tiempo, sobre todo en niños, ancianos o personas enfermas. A pesar de esto no se trata de una especie agresiva y son muy esquivas con las personas, intentando esconderse si es posible. Sólo atacarán si se sienten amenazadas o en situaciones muy puntuales.
La víbora áspid tiene una subespecie que también se encuentra en España, en la cadena pirenaica, frontera con Francia en Navarra, Huesca y Lérida. Se trata de la víbora aspis zinnikeri, que habita en zonas montañosas con abundante vegetación y algo de humedad.


No es una especie en peligro de extinción pero su existencia cada vez está más amenazada por la destrucción de su hábitat debido a la agricultura, el desarrollo de infraestructuras o las muertes por atropellos en carretera.
Os dejamos con un vídeo sobre la víbora áspid.
Víbora cantábrica o vipera seoanei


La víbora de seoane es una especie endémica de la Península Ibérica, distribuida por toda la cordillera cantábrica, desde Portugal hasta Navarra. Su veneno es menos potente que el de la víbora áspid pero igualmente puede resultar mortal si ni se trata a tiempo.
Es la más pequeña de las víboras españolas, con un tamaño aproximado de 40 – 60 cm y cuentan con una variada diversidad de colores y patrones. Pueden tener franjas en forma de zig zag, lisas o con dos líneas claras. Igualmente tienen la cabeza triangular y con el hocico algo levantado.
Se alimentan también de roedores, contribuyendo al equilibrio natural de estos animales. No es una especie agresiva y tratará de huir si es molestada pero si se ve amenazada silbará y podrá morder.
Esta especie no es tan montañosa y prefiere los bosques y matorrales, típicos de climas atlánticos, con algo de vegetación y humedad.
Víbora hocicuda o vipera latastei


La víbora hocicuda o de lataste es la más extendida geográficamente de la Península Ibérica. Puede hallarse en todo el territorio español excepto en los Pirineos y en la cordillera cantábrica. Se distribuye por zonas de montaña con altitud media (hasta 1000 metros de altitud), evitando las zonas agrícolas. Se refugia en bosques poco densos, matorrales y sobre todo en zonas rocosas como linderos o muros de piedra.
Son fácilmente identificables por su característica protuberancia en el hocico a modo de cuerno. Tienen un tamaño de unos 50 – 60 cm y cuentan con una cabeza triangular y un patrón en forma de zig zag. Su veneno es el menos potente de todas las víboras peninsulares. Así mismo, dado su gran número y extensión, es la que más entra en contacto con el ser humano y la culpable de la mayoría de mordeduras a personas.
También se trata de una especie poco agresiva que caza al acecho permaneciendo escondida la mayor parte del tiempo en matorrales o rocas, pudiendo utilizar su cola como señuelo. Se alimenta de reptiles, pequeñas aves y roedores.
Culebra bastarda o malpolon monspessulanus


Ahora vamos a hablar de una de las serpientes más perseguidas de España, la culebra bastarda, también llamada culebra de Montpellier. Es de las pocas especies de culebras que puede inocular veneno y pertenece a la familia Lamprophiidae.
Para hacerlo tiene que morder muy bien a la presa ya que esta culebra inyecta el veneno con unos dientes que tiene en la parte trasera de la mandíbula, no con los colmillos, como hacen las víboras. Su veneno no es tan peligroso para el ser humano como éstas últimas. Es una serpiente que si se siente amenazada es muy agresiva, no se dejará intimidar fácilmente y atacará. Puede levantar la cabeza como una cobra y silbar con fuerza.
Es la más grande de España y de Europa, pudiendo alcanzar los 2´5 metros de longitud. La coloración de esta especie varía entre el gris claro, pardo o verde oliva, con la zona ventral amarillenta. Su cabeza es alargada, con el hocico en punta, ojos grandes con unas escamas supra oculares en forma de ceja que le dotan de una mirada desafiante. Es de costumbres diurnas y puede trepar a los árboles.
Come reptiles, aves, pequeños conejos, lagartijas así como otras serpientes más pequeñas e incluso de su propia especie.
Se puede encontrar prácticamente por toda España a excepción de la cordillera cantábrica y los Pirineos. Le gustan los ambientes soleados y zonas abiertas de matorral, bosques o cultivos.
Culebra cogulla o macroprotodon brevis


La culebra cogulla es una especie perteneciente a la familia colubridae que cuenta con varias subespecies en el sur de España y norte de África. Es una serpiente considerada venenosa dado que, al igual que la culebra bastarda, posee la capacidad de inocular veneno mediante sus dientes posteriores. Se trata de un sistema poco desarrollado y únicamente es efectivo cuando la presa ya está muy introducida en el interior de su boca. Es la menos venenosa de todas las serpientes venenosas de España.
Es una serpiente de hábitos nocturnos que caza al acecho e intentará huir o esconderse siempre que se tope con un ser humano.
Suelen tener un tamaño de entre 30 – 40 cm. Cuentan con una cabeza chafada con una mancha negra en forma de V y cuello anillado también en negro. Habita en zonas mediterráneas cálidas, en bosques o matorrales, escondida en la arena o las piedras. No se deja ver con facilidad durante el día ni en la superficie.
Os dejamos con un vídeo sobre las culebras de cogulla y sus subespecies.
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